LA ADORACIÓN DE LOS MAGOS DE RUBENS EN EL MUSEO DEL PRADO. UNA HISTORIA SINGULAR.

El año pasado, coincidiendo con la festividad de la epifanía, vi que muchos usaban para ilustrar el momento de la Adoración de los Magos, el magnífico lienzo que Pedro Pablo Rubens pintó y que se conserva actualmente en el Museo del Prado, donde podemos verlo en la galería central. Este lienzo tiene una historia singular que bien merece ser conocida y me decidí a contarla en un hilo de Twitter:

Hilo original publicado en Twitter el 7 de enero de 2023.

Ahora que Twitter ya no se llama así y además no sabemos si la cosa seguirá o si se perderá como lágrimas en la lluvia, me he decidido a rescatarlo y agruparlo en un articulito del blog, para que sea más fácil su lectura.

Si consultáis la web del Prado, para este cuadro da una cronología extraña: 1609 – 1629. Si nos atenemos a la primera fecha, está claro que este cuadro es muy barroco para esa fecha, por lo que nos quedaríamos seguramente con la segunda, pero es que el cuadro no era así en 1609. La cosa es que el cuadro fue un encargo del Ayuntamiento de Amberes en 1609 para decorar uno de sus salones celebrando la tregua de los doce años, el gran logro político de la Infanta Gobernadora, Isabel Clara Eugenia y su marido. El cuadro original sería más o menos así:

Pedro Pablo Rubens. Adoración de los Magos. 1609-29. Museo del Prado (detalle sin los añadidos posteriores)

El costurón del añadido superior, que cambia por completo la composición es más que evidente.

Pedro Pablo Rubens. Adoración de los Magos. 1609-29. Museo del Prado.

Pero es que además tenemos uno de los bocetos originales con la composición, de mano de Rubens: La Adoración de los Magos del Groninger Museum de Groningen (Holanda) y una copia antigua en una colección británica.

Una de las cosas que más nos puede llamar la atención es ese grupo de dos hombres desnudos, que en realidad es la demostración de Rubens de su profunda formación italiana: anatomías de Miguel Ángel e iluminación y pies sucios del otro Miguel Ángel, el Caravaggio.

El cuadro fue regalado por el ayuntamiento de Amberes a un personaje muy interesante, el secretario del duque de Lerma, Don Rodrigo Calderón, algo así como el valido del valido… Hombre de gustos exquisitos, nacido en Amberes y coleccionista ávido de pintura flamenca. Cuando en 1618, Lerma caiga en desgracia en la conjura orquestada por su hijo el duque de Uceda, conseguirá librarse de cualquier acción de la justicia gracias a su nombramiento como cardenal, que le eximía de la justicia ordinaria. Así que Rodrigo Calderón fue el chivo expiatorio y fue ajusticiado en Madrid en 1619, y su colección pasó a ingresar a las del rey Felipe IV. Incluido el Rubens.

Rubens. Don Rodrigo Calderón a caballo. ca. 1612-15. Castillo de Windsor

Y así llegamos al segundo capítulo del cuadro, la ampliación…

En 1621, pasados los doce años, se finalizó la tregua entre las Provincias Unidas y los Países Bajos bajo dominio español. Además el contexto europeo había cambiado, en 1618 se había iniciado la Guerra de los Treinta Años, y la Monarquía Española empezaba a tener muchos frentes. La Infanta Gobernadora, Isabel Clara Eugenia, decide mandar a su pintor, Pedro Pablo Rubens a Madrid, para que Felipe IV le enviara como embajador especial a Inglaterra a negociar un posible tratado. La cara de Felipe IV cuando su tía le mando un pintor debió ser todo un poema…

Rubens llega a Madrid en 1628 y estará unos meses hasta 1629. Al reencontrarse con su lienzo, pide permiso al rey para ampliarlo y actualizarlo, añadiéndole las dos piezas que ahora podemos ver. La consecuencia directa, es que con el añadido consigue marcar una gran diagonal, que dinamiza la composición, que originalmente era como un friso. Además la incursión de las ruinas clásicas y las antorchas con su humo enriquecen la obra. Pero además, Rubens se autorretrata en la pintura, en el lado derecho de la composición. Ese retrato es importante, porque se retrata como un caballero, bien vestido y con una cadena de oro, símbolo de su estatus como persona ennoblecida.

Ese papel de Rubens en la corte de Felipe IV, su manejo de la situación y su don de palabras y gentes hizo que un joven Velázquez quisiera ser noble, quisiera ser Rubens, y la pintura española también cambió sustancialmente.

Pd: Me dejo para el final una contribución que no es mía: José Ramón Marcaida, gran estudioso de las relaciones entre Ciencia y Arte en la Edad Moderna reconoció, en el turbante del rey Baltasar, la representación de un ave del paraíso, cuyas plumas eran muy apreciadas:

https://www.vozpopuli.com/next/baltasar-ave-paraiso-rubens.html

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