PICASSO, ¡OH NO! ¿OTRA VEZ TÚ?*

Este año 2023 hemos tenido a bien celebrar el cincuentenario del fallecimiento del pintor seguramente, más significativo del siglo XX en el Arte Occidental: Pablo Ruiz Picasso (Málaga, 25 de octubre de 1881-Mougins, 8 de abril de 1973).

Autorretrato con paleta. 1606. Museo de Philadelphia.

No es fácil acercarse a Picasso y hacerlo desde una óptica neutra, al final nuestro bagaje cultural, nuestra memoria visual y sus referencias, y nuestro gusto nos inclinarán a un juicio más o menos benévolo con el artista malagueño. Lo interesante de figuras como Picasso es que no dejan indiferentes a casi nadie, eso lo hace mucho más atractivo, porque nos permite introducirnos en su producción intentando que los amantes de su obra sepan ver sus fallos y aciertos con objetividad y que los detractores sepan apreciarlo por lo que supone su obra en su contexto y es que al final, lo principal es el contexto.

Me gustaría empezar como lo hizo Jorge Semprún en el texto que hizo en el catálogo de la exposición Picasso. Tradición y vanguardia celebrada en el Museo del Prado en el año 20061. Aportando una opinión muy contraria a la obra de Picasso, la de Antony Blunt.

Antony Blunt

Sir Anthony Blunt, quizás el más famoso de los historiadores del arte británicos, formado en Cambridge y del círculo de confianza de la Reina Isabel II, llegando a ser conservador de las colecciones privadas de ésta. Pero del que luego supimos que era agente doble para los soviéticos… vió el Guernica de Picasso en el verano de 1937, cuando era un joven de 29 años. Lo vería seguramente en julio, y el 6 de agosto escribió una reseña en el semanario londinense The Spectator, donde Blunt se ocupaba de la crítica de arte. Su artículo era francamente negativo, venía a decir que Picasso con su cuadro, que era una asociación libre de ideas, no demostraba haber entendido la significación política de la destrucción de la ciudad vasca. En realidad, casi todas las crónicas sobre Picasso, por parte de Blunt, son negativas y llegó a decir “Picasso pertenece al pasado” (25 marzo de 1938). Blunt representa el “gusto clásico”, convirtiéndose en el mayor especialista en la obra de Poussin.  

Ese mismo año, 1937, en el folleto oficial de la embajada nazi sobre la Exposición Universal, se ninguneaba al pabellón de la “España roja” y al hablar del Guernica, sin mencionar ni el título ni al autor, se decía que era una obra caótica, pesadilla de un demente, que, por otra parte, parecía pintada por un niño de cuatro años… Una semana después de la presentación del Guernica en París, se inauguraba en Múnich la exposición de “Arte degenerado” en la que Hitler quería ridiculizar toda la vanguardia.

El Guernica, ese icono de la cultura occidental, tenía una enorme carga política, tanta que un crítico como Blunt no podía sino dar una mala opinión, aunque Picasso en el Guernica estuviera llenando la obra de referencias a toda la Historia del Arte, aunque alguna de esas referencias fueran expresamente a la obra de Guido Reni, pintor muy del gusto de Blunt, pero también con referencias a Goya. Resulta muy interesante ver cómo las propuestas de la Alemania nazi y la Unión Soviética, en la era estalinista, para la arquitectura de sus pabellones en la Exposición Universal de París de 1937, se parecen demasiado.

Pero volvamos al principio, esa cultura visual, es la propia de un artista que en su formación decide fijarse en los maestros antiguos, pero además se deja seducir por artistas que hasta ese momento no gozaban de ese prestigio, y es que es muy interesante ver cómo Picasso y otros artistas de vanguardia van a rescatar del olvido obras y artistas que hoy nos parecería imposible que estuvieran fuera de cualquier manual de Historia del Arte.

En los registros del Prado vemos que el artista primero al que se acerca es Velázquez, no es de extrañar, pues para los pintores de la escuela española es el modelo a seguir. Velázquez representa el éxito profesional el reconocimiento en vida, las anécdotas de la vida de Velázquez, que se parecen quizá demasiado a las de la vida de Tiziano y éstas a su vez, a las del mítico pintor Apeles, son tenidas en cuenta y se quieren emular como si fueran un tópico literario. Pero aunque su primer, llamémosle amor, es hacia Diego Velázquez, también se dejará seducir por El Greco, un pintor denostado por la historiografía del XIX, que no quiso entender su pintura y que buscaba «causas» médicas y hasta mentales para dar explicación a esa estética tan ajena a lo que ellos entendía por «buen gusto».

La influencia del cretense es más que evidente en uno de los primeros periodos de Picasso, pasada su etapa de formación, el llamado periodo azul.

Pero si es evidente en esta etapa no lo es menos en la construcción del estilo más personal y vanguardista del pintor: el cubismo. Los ecos del Greco son evidentes en muchas de las obras, pero en la gestión del cubismo hay más ingredientes. Por un lado la necesidad de que la pintura no fuera una mera ventana, dejar de un lado la representación tradicional de la perspectiva lineal o geométrica como único modo de representación del espacio pictórico y en eso la obra del Greco les daba una buena lección, porque el lenguaje manierista del Greco, también obviaba la perspectiva y los espacios verosímiles. Si a eso le añadimos el gusto por el arte primitivo y la lección de los postimpresionistas, sobre todo Cezanne, ya tenemos el cóctel para que fragüe esa revolución pictórica.

En ese camino tenemos un hito fundamental Las señoritas de Aviñón

Los artistas de vanguardia, como Picasso, mirarán a los maestros del pasado con admiración y con valentía, realizando en muchos casos una labor de apropiación icónica de los modelos del pasado para poder expresar algo nuevo. En esa búsqueda del nuevo lenguaje, como es el cubismo, se dejará influir por maestros e influencias de los más diverso. En su retrato de Gertrude Stein la pose de la modelo deriva del soberbio retrato de Monsieur Bertin de Ingres, sin embargo para el rostro inexpresivo se fijó en una exposición de esculturas íberas del museo de Louvre, seguramente le fascinó la Dama de Elche, que por aquel entonces estaba en el museo parisino.

A Gertrude no le gustó nada el retrato que le hizo Picasso y se cuenta que el malagueño acabó diciendo que en realidad era ella la que debía parecerse al cuadro y no al revés, que alejado del famoso troppo vero de Inocencio X ante el retrato que le hizo Velázquez en Roma.

La experimentación del cubismo, la realizarán Picasso y Braque a la vez, sin mostrar ninguno de sus trabajos de forma pública. Sólo sus amigos y conocidos tendrán acceso a al taller, de tal manera que se creará toda una leyenda acerca de lo que es y lo que supone el cubismo.

Hace apenas unos días terminaba en el Museo del Prado una exposición que reivindicaba el papel de El Greco en la obra cubista de Picasso.

Cuando Picasso al final de su carrera se dedique a ser Picasso volverá una y obra vez a obras clásicas que revisitará con su personal estilo final, ese que conjuga elementos del cubismo, con imágenes del surrealismo y con colores intensos.

Notas:

*Si estás leyendo este texto, puede ser porque seas un seguidor habitual del blog y de mis contenidos, en ese caso espero que os resulte interesante. También puede ocurrir que estés accediendo a este texto en el desarrollo de la preciosa «noche blanca» de Gijón 2023, en el que estoy tratando de acercar la obra del malagueño a todos los asistentes a la charla en la galería Bea Villamarín, si es el caso, espero que además de haber sido de tu agrado, te sirva para acceder al blog donde de vez en cuando voy subiendo contenidos, aunque también me puedes encontrar en otras redes sociales, bajo el nombre de cipripedia, como twitter, Instagram, YouTube, bluesky o tiktok.

1. Jorge Semprún: «Ahora empieza la pintura moderna» en Picasso. Tradición y vanguardia (catálogo exposición), Madrid, Museo del Prado, 2006, pp. 21 y ss.

Imágenes de la conferencia Picasso, ¡oh no! ¿Otra vez tú? en la Galería Bea Villamarín de Gijón la Noche Blanca (29 de septiembre de 2023).

Bibliografía:

Picasso. Tradición y vanguardia (catálogo exposición), Madrid, Museo del Prado, 2006.

El Greco y la pintura moderna (catálogo exposición), Madrid, Museo del Prado, 2014.

Picasso, el Greco y el cubismo analítico (catálogo exposición), Madrid, Museo del Prado, 2023.

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