HACIA EL FIN DEL HUMANISMO

El 15 de abril celebramos el aniversario del nacimiento del genio universal del Arte: Leonardo da Vinci (1452-1519). Seguramente basándose en este hecho se ha elegido esta fecha para conmemorar el #DíaMundialdelArte. Y sobre Arte, sobre Leonardo y sobre el Humanismo va dirigida mi reflexión de hoy:

Leonardo da Vinci. Autorretrato (?)

Da Vinci ejemplifica para muchos la figura del hombre del Humanismo renacentista, porque a su formación artística hay que sumarle sus estudios científicos y sus inventos. Todo ello recogido en los famosos cuadernos del maestro que mezclan esa nueva preocupación por la naturaleza y su conocimiento basado en la experiencia y la observación, dejando atrás dogmatismos.

En los últimos días, una serie de acontecimientos relacionados con mi labor docente, me han hecho estremecer y convulsionar en lo más profundo de mi ser: esta semana he viso de forma fehaciente y directa cómo la aplicación de la nueva ley de educación (L.O.M.C.E 8/2013 del 9 de Diciembre, B.O.E. del 10 de diciembre de 2013) va encaminada al exterminio de la humanidades.

No hay ley educativa perfecta, porque están realizadas siempre desde el partidismo y la falta de consenso; pero sobre todo desde el desconocimiento de la realidad educativa, parece que sólo preocupan cifras y resultados y no la verdadera formación de los estudiantes.

Mucho se ha hablado de la polémica ley impulsada por el ministro Wert y sin consenso de fuerzas políticas y comunidad educativa. Es una ley con fecha de caducidad (o esa sensación tenemos todos los implicados en ella) pero que se va implantando con un calendario implacable, porque no nos engañemos, no podemos estar en  un vacío legal, sin ley de educación.

Organigrama de los diferentes itinerarios educativos con la LOMCE. Fuente: Ministerio de Educación.

En sí misma la ley no es ni buena ni mala, es el espíritu que la mueve y ciertas medidas las que me hacen repelerla. En primer lugar se acaba con gran parte de las opciones de los estudiantes, reduciendo los itinerarios. Por otro lado fulmina una herramienta fundamental como es la diversificación, así los alumnos con necesidades especiales que antes podían titular mediante este recurso, han de pasar el último año obligaroriamente al sistema general, con el consiguiente e inevitable fracaso. Pero es ese convencimiento en potenciar el llamado espíritu emprendedor lo que a la postre se me presenta como más pernicioso. Porque para potenciar el conocimiento en economía y esa fijación por la programación, hay que eliminar asignaturas fundamentales y como siempre las sacrificadas son las humanidades.

Rafael Sanzio. Techo de la Stanza della Segnatura con las personificaciones de la Filosofía, la Teología, la Poesía y la Justicia. ca. 1508-11. Palacio Vaticano. Roma. Foto: web gallery of art.

En su perversidad, la nueva ley, obliga a los alumnos de primer curso de bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales a elegir entre Historia del Mundo Contemporáneo y Literatura Universal, cerrándose la posibilidad de cursar las dos: ¿en qué mente perligrosamente enferma cabe la posibilidad de disociar la historia de su contexto cultural? ¿cómo van a recibir una formación completa si han de elegir entre dos asignaturas que tan perfectamente se complementan? Simplemente demencial. Pero además, sin cursar Literatura en primero, no puede cursarse en segundo, por lo que los alumnos de humanidades estudiarían bachillerato sin tocar en ningún momento la literatura. Eso sí, se les oferta y prácticamente se les obliga a escoger como optativas asignaturas como Psicología y Religión Católica. No quiero entrar en el debate de la asignatura de Religión y su computo en la nota final, sino en denunciar que no pueda cursarse la asignatura de Literatura (o Historia del Mundo Contemporáneo) como optativa. En segundo curso la demencial política ha condenado el estudio de la Filosofía, la gran materia del pensamiento, el pilar de nuesta civilización, a nada más y nada menos que ser una simple optativa, que compite con otras asignaturas.

Rafael. Escuela de Atenas. Stanza della Segnatura. Palacios Vaticanos. Roma. Foto: web gallery of art

El final no es otro que convertir el estudio de las humanidades en una vía muerta y a ser posible sin retorno. El pensamiento excesivamente económico o mejor dicho financiero, no ha sabido ver el potencial de las actividades vinculadas a las humanidades: la cultura. Al final es la pescadilla que se muerde la cola porque sin inversión en cultura ¿para qué queremos formar a personas que trabajen en ese campo?

Cuando desde este espacio (ver post aquí) abogo por una comprensión mayor del hecho histórico y cultural lo hago siguiendo un parámetro humanista: el contexto es el reflejo de la mentalidad, el pensamiento, la economía, la política, la sociedad, las creencias, etc. de une época en concreto y con todos estos elementos podemos entender, valorar y finalmente apreciar una realización que puede ser un objeto artístico, litarario, musical, etc. El Humanismo, esa corriente intelectual gestada en la Italia de los siglos XIV y XV, que venía a restaurar el conocimiento de los Antiguos y a poner al Hombre y sus circunstancias en el centro del estudio y la comprensión del Mundo, es el origen de todo el pensamiento europeista actual. En una formación completa no se puede relegar las humanidades, no podemos seguir dando por bueno el axioma de que los estudios técnicos tienen más salidas y los estudios de las humanidades son para los que no pueden o no saben.  Vamos a dejarnos de emprender y comencemos a aprender porque nuestra comprensión del mundo, nuestra conciencia como ciudadanos y nuestro pensamiento debiera tener una fuerte formación humanística, entendida de una forma amplia, sin exclusiones y sin prohibiciones. Por ello no puedo estar más en disonancia con semejante disparate de ley.

Leonardo da Vinci. Hombre vitruviano. ca. 1490. Galería de la Academia. Venecia. Foto: wikipedia

Un ejemplo singular de la importancia de los saberes humanísticos es este texto del siglo I a. C.:

De la esencia de la Architectura, e instituciones de los Architectos.

<<La Architectura es una ciencia adornada de otras muchas disciplinas y conocimientos, por el juicio de la qual pasan las obras de las otras artes. Es práctica y teórica. La práctica es una continua y expedita freqüentación del uso, executada con las manos, sobre la materia correspondiente a lo que se desea formar. La teórica es la que sabe explicar y demostrar con la sutileza y leyes de la proporción, las obras executadas. Asi, los Architectos que sin letras solo procuraron ser prácticos y diestros de manos, no puedieron con sus obras conseguir crédito alguno. Los que se fiaron del solo raciocinio y letras, siguieron una sombra de la cosa, no la cosa misma. Pero los que se instruyeron en ambas, como prevenidos de tras armas, consiguieron brevemente y con aplauso lo que se propusieron.

[…] Deberá, pues, ser [el arquitecto] ingenioso y aplicado; pues ni el talento sin estudio, ni éste sin aquel, pueden formar un artífice perfecto. Será instruido en las Buenas Letras, diestro en el Dibuxo, habil en la Geometría, inteligente en la Óptica, instruído en la Aritmética, versado en la Historia, Filósofo, Médico, Jurisconsulto, y Astrólogo[…].

Sabrá Música, para entender las leyes del sonido y matemáticas; y para saber dar la debida tensión a las ballestas, catapultas y escorpiones[…]>>

Marco Vitruvio Polión. Los Diez libros de Arquitectura. Libro I capítulo I. [trad. por D. Joseph Ortíz y Sanz. Madrid, Imprenta Real, 1787]

La máxima expresión artística de los conocimientos del Humanismo los tenemos en lo que se va a convertir en templos del saber: las bibliotecas y salas de lectura.

Esperemos que este dislate se solucione lo más pronto posible, porque los alumnos quedarán con carencias de base, en algunas ocasiones, muy difíciles de solucionar. Porque aquellos que se acerquen a la Historia o al Arte sin conocimientos de Filosofía y Literatura no podrán apreciar que entre un texto de Shakespeare o Calderón de la Barca y una obra de Caravaggio o Claudio Coello hay muchísimas conexiones culturales. Para muestra un botón:

Franciso Rizi (traza) José Arroyo (arquitec.) y Claudio Coello (pintura). Retablo de la Sagrada Forma, sacristía de El Escorial

[…]

Yo el gran teatro del mundo,

para que en mí representen

los hombres, y cada uno

halle en mí la prevención

que le impone el papel suyo,

como parte obedencial,

que solamente ejecuto

lo que ordenas, que aunque es mía

la obra el milagro es tuyo

[…]

Calderón de la Barca. El gran teatro del mundo. Auto sacramental alegórico. ca. 1630

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Muy de acuerdo con todo lo expuesto, y que aislar las disciplinas humanistas unas de otras es un disparate total. A mí lo de la «ley Wert» no me parece otra cosa que la reactivación de las viejas doctrinas tecnocráticas, que siempre han estado ahí (y los investigadores o aspirantes a investigadores humanistas lo padecemos) pero que ahora resucitarían totalmente. Un saludo maestro.

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    1. cipripedia dice:

      Gracias Gustavo

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