Como muchos de vosotros sabéis, acabo de publicar en la editorial AKAL, dentro de su colección Artefactos un libro del que me siento bastante orgulloso y contento: Sobre el pedestal. La construcción de la memoria y sus monumentos.
En este libro hago un recorrido por la historia de los monumentos públicos, ya que estos son en realidad un reflejo del pasado, de los valores de la sociedad que los encargó y sufragó, pero también son elementos que construyen el paisaje de nuestras vidas. Reflexionar sobre a quién hemos subido a un pedestal o a quién bajamos, habla de los cambios que se han producido en las sociedades a lo largo de los años. También reflexiono sobre el proceso que lleva, en algunas ocasiones a la destrucción de un monumento público y a su vandalización.


Pensando en cómo podía dar pequeñas pinceladas del libro que os pudieran incitar a su lectura y consulta, me he decidido por rescatar una historia que viene contada en el capítulo 7: «EL LARGO SIGLO XIX .“Metálico en el jardín botánico”».
Desde que empecé con el proyecto de hacer una historia de los monumentos públicos, empecé a ver estos con otros ojos, fijándome más, si cave, en ellos, por eso quiero rescatar un caso que llamó mi atención durante mis vacaciones en la ciudad de Viena el verano de 2023. Paseando por el anillo central de la ciudad, el famoso Ringstrasse, nos encontramos con una escultura abiertamente vandalizada, sobre la efigie de bronce de un hombre vestido con traje que denotaba cierta posición social, habían vertido pintura y en el pedestal que combinaba figuras de piedra con relieves, había manchas de pintura e inscripciones en alemán que parecían no decir nada bueno del señor. El efecto era el mismo que los monumentos atacados en la oleada de 2017 en Estados Unidos y algunos otros lugares de Europa y América. El sujeto pasivo de esos ataques resultaba ser Karl Lueger, político austríaco que fue alcalde de Viena entre 1897 y 1910. Durante su mandato se concluyeron parte de las obras del anillo de Viena y él mismo dejó preparado el lugar en el que quería que le erigiesen una estatua. El problema es que en su trayectoria política fue abiertamente antisemita y su figura fue exaltada durante el periodo nazi de Austria. De tal manera que la vandalización de la escultura parece que está admitida por las autoridades vienesas actualmente. Tan impactado me tenía ver un monumento de esa prestancia, en ese estado que apunté esta historia ya pensando en poder contarla aquí.
Por otro lado, el monumento a Karl Lueger, obra de Josef Müllner e inaugurado en 1926, es notable en diversos aspectos. No solo representa el primer homenaje a un político moderno en la Ringstrasse, sino que también destaca como la mayor estructura conmemorativa personal erigida en Viena desde el ocaso de la monarquía. Además, se posiciona como uno de los monumentos a un líder urbano de mayor envergadura en todo el mundo. En este caso el tamaño importa, claro que importa.




El caso es que la ciudad de Viena consciente del problema de mantener un monumento público a una figura controvertida por sus ideas políticas creó en 2010 un concurso para intervenir en la escultura y poder así resignificarla. El proyecto ganador fue el de Klemens Wihlidal, que propuso inclinar la escultura hacia la derecha 3,5 grados, de tal manera que la viéramos en una posición inestable. De momento no se ha llevado cabo esta intervención que, de seguir adelante, sería una interesante alternativa a los monumentos públicos contradictorios, lo que sí que había ese verano en la plaza, que por cierto tiene el nombre del antiguo alcalde de Viena, una instalación de Nicole Six y Paul Petritsch que consistía en perfiles de monumentos y recuerdos que había en Viena a la figura de Karl Lueger, recortados en colores brillantes y arrumbados en una estructura de madera que incluía además las explicaciones de la figura de Lueger y por qué es tan controvertida hoy en día.
Realmente es complicado tratar los monumentos de las figuras controvertidas, el intento de resignificación mediante una intervención que no ponga en peligro la integridad del mismo, puede ser una buena opción, quizá también permitir que esas pintadas queden como reflejo del rechazo que en la actualidad producen figuras como Lueger, en cualquier caso siempre es positivo poder reflexionar sobre esto. Como comentaba arriba, sobre este ejemplo y muchos más hablo en el libro que, como no puede ser de otro modo, recomiendo leer. Agradezco cualquier comentario al respecto, esperando que os guste tanto como a mí escribirlo.
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NOTA:
*He de agradecer a la profesora Rocío Martínez que me haya mandado las fotos del monumento a Karl Lueger en Viena aprovechando su estancia de investigación en la antigua Capital Imperial.
BIBLIOGRAFÍA:
Weiss, Stefan: “Karl-Lueger-Denkmal wird um 3,5 Grad nach rechts gekippt” en DerStandard, 31 de mayo de 2023 [https://www.derstandard.at/story/3000000172519/kunst-kulturpolitik-siegerentwurf-permanente-kuenstlerischen-kontextualisierung-lueger-denkmal-httpslidostandardatpderstandardarticles172519editcanvascomponentdoc-1h1oohfm50]
Nierhaus, Andreas: “Christlichsozialer Personenkult im Roten Wien” en Wien Museum Magazine, 202 [https://magazin.wienmuseum.at/das-lueger-denkmal-von-josef-muellner]








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