Sebastián de Herrera[1] recibe las enseñanzas de Alonso Cano, cuando ya tiene una cierta formación, pues el granadino no llega a la corte hasta 1638. Aunque esa influencia obliga a considerarlo como discípulo suyo, no es un imitador como los que seguirán en Granada. Él tiene una personalidad perfectamente definida, y su barroquismo, aunque al…