EL BALCÓN DE LAS BENDICIONES DE SAN PEDRO.

Ayer, 20 de abril de 2025, vimos a Francisco en su último acto público, la bendición Urbi et Orbi, Dada desde la fachada de la basílica de San Pedro obra de Carlo Maderno (Capolago, Suiza, 1556 – Roma, 1629). Os refresco un texto que apareció en forma de hilo en Twitter sobre esta fachada y sus usos, ahora que vamos a verla a menudo en las próximas semanas.

¿Puede una ceremonia «pequeña» transformar la arquitectura y obligar a cambiar proyectos monumentales? Si es de la trascendencia de la bendición «urbi et orbi» claro que sí. Pero ¿qué es y en qué consiste la bendición?

Louis de Caulery, Vista de la plaza de San Pedro durante la elección del papa Clemente VIII en 1592, Museo de Bellas Artes de la villa de París. Podemos distinguir al nuevo papa realizando la bendición urbi et orbi desde la loggia dei bendizioni.

La bendición urbi et orbi es impartida por el Papa desde el Vaticano en dos fechas fijas cada año: el Domingo de Pascua y el 25 de diciembre (Navidad), además del día de su elección como pontífice. Se realiza al mediodía desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, conocido como el balcón de las bendiciones. El Papa, revestido con ornamentos solemnes o con sotana blanca (como el Papa Francisco), aparece acompañado por cardenales y ceremonieros. Esta bendición incluye un mensaje en varios idiomas, aunque el Papa Francisco lo hace solo en italiano, rompiendo con la tradición multilingüe. En casos extraordinarios, como el Jubileo o situaciones especiales (como durante la pandemia en 2020), también se ha impartido fuera de las fechas habituales. Lo más importante para los católicos es que esta bendición confiere indulgencia plenaria, es decir, la remisión de las penas temporales por los pecados ya perdonados, siempre que se cumplan las condiciones establecidas: confesión, comunión y no estar en pecado mortal.

Durante la Edad Media se popularizó esta bendición que además tenía algo de taumatúrgico, pues el Papa León IV había acabado con un incendio del borgo del Vaticano en el siglo IX, como narra Rafael en uno de los frescos que pintó para las estancias de Julio II.

Para este acto litúrgico tan importante, en la antigua basílica constantiniana de San Pedro, había una Loggia renacentista construida tras la escalera de San Pedro, antes del nartex.

Fachada del nártex de la basílica de San Pedro del Vaticano con la loggia de las bendiciones.

Cuando el Papa Julio II le encargó una nueva basílica a Bramante, éste hizo uan profunda reflexión sobre el significado del círculo y la planta centralizada, en esa basílica el centro de la cristiandad iba a ser la tumba de San Pedro, y sobre ésta la del propio Julio…

Pero además del problema sobre lo adecuado o no del proyecto de Bramante, ¿dónde quedaba la loggia de las bendiciones? ¿Cuál iba a ser la fachada principal de las cuatro proyectadas?

El mismo problema se le puede plantear al proyecto de Sangallo, no daba protagonismo en su fachada al balcón.

Miguel Angel proyectó una fachada principal, también ajena a esa idea de resaltar un balcón que quedaría oculto bajo el voladizo del frontón con las columnas.

Será la fachada de Carlo Madero la que acabe resolviendo el problema de la loggia, integrando el balcón en la fachada, que se inspira en el proyecto de Miguel Angel, pero adecuándola a la necesidad de alargar la nave central para hacer la basílica longitudinal. Bien es cierto que con tantos pies forzados la fachada de Maderno resultó plana, por ello Bernini, cuando proyecte su plaza, tendrá en cuenta este aspecto y tratará de darle una vista más dinámica. Su concepción de dos brazos dio en la clave para el significado de la plaza. La trascendencia del balcón es fácilmente comprobable en otros ejemplos, como son las fachadas de San Giovanni Laterano o Santa María Maggiore.

Cuando en las próximas semanas termine el cónclave y el nuevo sumo pontífice salga a dar la bendición urbi et orbi desde la Loggia de las Bendiciones ya sabréis más de esta función y cómo condicionó la fachada de la basílica de San Pedro.

El día 8 de mayo de 2025 ha habido fumata blanca y ha sido elegido por el cónclave el nuevo papa León XIV, que ha realizado la tradicional bendición desde este singular balcón.

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